Reconozco mi ignorancia. Aunque había leído la Fiesta del Chivo, de Vargas LLosa, no sabía que el ex dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo tenía una cripta en el cementerio parisino de Pére Lachaise hasta que buscando la tumba de Proust me topé con ella. Y tampoco sabía que ahí no estaba su cuerpo, de eso me desasno el blog
Apuntes iberoamericanos, de Francisco R. Figueroa, quien hace una recomendable crónica sobre el cadáver del ex caudillo latinoamericano.
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