lunes, 9 de julio de 2012

Columna en BAE de hoy

La diferencia entre la presidenta Cristina Fernández y el gobernador Daniel Scioli es política porque en la matriz del actual proyecto la economía se define en la mesa política. Y porque en la profundización de algunas líneas estratégicas, el bonaerense está cada día más afuera del proyecto.

Daniel Osvaldo Scioli se subió a la fórmula presidencial que encabezó Néstor Kirchner el día en que ganaba las internas del PJ porteño para candidato a jefe de Gobierno. Cuando, por las propias políticas de derechos humanos y de desendeudamiento, la Casa Rosada se alejó de Eduardo Duhalde, el entonces vicepresidente decidió quedarse, aunque siempre supo que no era el aliado más querido. Las historias de malestares y conspiraciones datan desde el mismo momento en que se creó la fórmula, y a partir de entonces no tuvieron una luna de miel que durara un año.

Sin embargo, esta vez es distinto. Los caminos comenzaron a bifurcarse. En la Casa Rosada pusieron la mira en lo que entienden que es una matriz impositiva de la provincia favorable a sectores agropecuarios concentrados y gastos en publicidad oficial en medios opositores al Goberno nacional. Tampoco ayudó la política de seguridad y que blanqueara sus intenciones de ser presidente en 2015.

El mismo error cometió el camionero Hugo Moyano el Día de la Lealtad cuando proclamó que "un trabajador" llegaría algún día a la Rosada. Ante la decisión de actuar en el campo de la política, el kirchnerismo lo vio como un rival y dejó de negociar en el terreno sindical. Con más experiencia, Scioli nunca criticó a Néstor y cada vez que se tensó la soga fue él quien la aflojó. Sabe que no hay lugar para kirchneristas críticos -Alberto Fernández y Felipe Solá son ejemplos- y tres años es mucho tiempo para sobrevivir en el desierto.

Desde que asumió en la provincia de Buenos Aires, Scioli recibió año a año miles de millones de pesos por parte del Gobierno nacional en ayudas que no fueron en cumplimiento de obligaciones. Pero, según argumentaron, un buen día en la Casa Rosada se cansaron de financiar a patronales rurales y medios monopólicos. No es el déficit provincial, pero son gestos mal vistos.

“Esta semana se clarificará todo”, advierten, misteriosos, los K. "Son dos modelos de gestión distinto, nosotros queremos cambiarle la vida a la gente y él, aparecer en televisión", declaró un kirchnerista bonaerense, quien remarcó: "El año pasado a esta altura le habíamos transferido 1.900 millones de pesos y agora llevamos 1.500 millones, la diferencia no es tanta, cambió la situación financiera de la provincia".

Al asumir su segundo mandato, y a sabiendas de no tener un tercero, Cristina decidió hacer una "presidencia histórica". Comenzó entonces una carrera por dejar lo mejor plantadas las líneas estratégicas del "proyecto nacional", y más allá de los apoyos tácticos, Scioli no está contemplado.

El FpV tiene un techo del 55% de los votos y un piso del 30%, un porcentaje muy alto para los guarismos de la política prekirchnerista. Sabe que aún en una pésima elección, en 2013 mejorará su representación parlamentaria en un bloque que coexistirá, al menos, en los dos primeros años del próximo presidente. Los próximos tres años definirán si Cristina podrá emular a Lula y poner a su sucesor o si dejará plantadas las banderas por varios años.